sábado, 28 de mayo de 2011

Discurso Graduación Colegio "Los Olivos" Málaga, España 2011

Buenas tardes a todos.

¡Por fin ha acabado el colegio! ¡Por fin nos graduamos! ¡Ya ha llegado el día, ya nos vamos!


Pero… a quién quiero engañar… Realmente tengo miedo por ello. En este lugar, muchos hemos pasado más tiempo que en nuestros hogares. Y es que este Colegio..., es un lugar especial,…


En “Los Olivos” cada uno de nosotros tiene mil anécdotas que contar desde cualquier rincón de esta noble construcción, de la que por muchos años ha sido nuestra casa. Experiencias vividas  en las que la interioridad, el amor, la amistad, el compañerismo y la tolerancia han sido nuestras consignas. Es decir, valores inculcados desde pequeños que se han  hecho patentes en nuestro día a día, aprendiendo de nuestros profesores, compañeros y amigos.


Podríamos recordar lo bien que lo pasamos en Infantil. Tiempos en los que lo único que importaba era hacerse con la rueda más grande en el patio de los dibujos, o esperar al miércoles - el ansiado día de los cubos y las palas-, en la ya desaparecida piscina de arena, donde aquel que fuera capaz de encontrar la “arena blanca”  tras mucho excavar, se convertía en el rey y señor del recreo.


Nosotros somos todas aquellas tardes es las que venían a visitarnos a Infantil, por las fechas navideñas, los pajes de SS.MM los Reyes Magos.  Días de Andalucía. Días de la Paz. Todas aquellas actuaciones por vacaciones o fiestas que hicimos en este salón de actos, el mismo que hoy está viéndonos graduar, y así –dicen- cerrar un ciclo en nuestras vidas.

Y quién – compañeros del comedor- no recuerda ese último día, antes de las vacaciones de Navidad, en el que todos, ilusionados con nuestras bolsitas de chocolatinas, bajábamos la conocida por su pendiente, “cuesta del comedor”, zampándonos a nuestro querido Gaspar de chocolate… o… aquellos “sugus” que el Padre Miguel y el Padre Galdeano nos regalaban…


Pero… ¡esperad un momento!


Nosotros somos también todos aquellos días de lluvia en los que veíamos esas películas de “Tom y Yerry”. Recuerdo, cómo no, a mi “ratón amarillo”, ¿qué sería de mí sin él? ¿Recordáis el vuestro? Él, fue mi fiel compañero durante aquellos tres años de Preescolar, mis primeros  en el colegio, con Paloma e Inmaculada como profesoras. Estas personas consiguieron enseñarnos, aún siendo unos pequeñines, no solo nuestros primeros pasos en el mundo académico, sino un estilo de vida propio, el camino hacia la felicidad. Tres años simplemente mágicos en los que empecé a descubrir este mundo rodeado de mis amigos actuales, con los que las experiencias vividas y el paso del tiempo han hecho unir, más si cabe, nuestros lazos de amistad.



Eso ya fue hace 12 años, y concluimos Preescolar con una azulada graduación, en este mismo lugar…



Ya en Primaria, surgirían las nuevas aulas. Mi clase, el B, sí los de verde en aquellas ligas internas de fútbol, así como de mate, y con esas grandes compañeras animando. Ligas que celebrábamos en las Fiestas Patronales. Celebraciones que a lo largo de estos últimos años han cambiado mucho.


Con espíritu de trabajo en equipo, donde todos tenemos cabida, e identificándonos con nuestras tradiciones más enraizadas, creamos la procesión en honor a nuestra Patrona, la Virgen de Gracia, creada por y para los alumnos de este Colegio. Y que aún siendo muy reciente ya tiene asegurada su continuidad.


Tutores que destacaron fueron: Lola y Dani, ambos con un afán de enseñanza y una vocación insuperables.


En estos años hicimos la Primera Comunión, y tras ésta, el Colegio nos presentaba una gran opción, como eran y son los grupos de Pastoral. Grupos abiertos a todos y en los que muchos de nosotros hemos crecido a lo largo de esta década. Con los que hemos aprendido a relacionarnos incluso con jóvenes agustinos de otras partes de España, llegando a entablar fuertes vínculos de amistad con ellos.


En los grupos, aprendimos a conocernos y a conocerLE mejor; a respetarnos, a reconocer el valor de una amistad, o incluso algunos el amor… Profundizamos en la convivencia, y también conocimos que las relaciones entre nosotros no solo están limitadas a las cuatro paredes de una clase, que podíamos formarnos en lo que somos, un gran conjunto que deja huella, y es que ya lo decía San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Allí nos enseñaron como simples gestos, como un abrazo de aquellos que daba el Padre Valentín, decían mucho más que mil palabras…


Y pasaban los años…y nosotros seguíamos creciendo juntos, tejiendo esa red de grandes amistades de las que hoy podemos estar felices de compartir.


Llegó la ESO y descubriríamos a Carlos Alés, persona que nos enseñó a ser eso, personas, sin más, con esa humildad que lo caracteriza.

Luego, Elena Llamas, persona cuya vocación por la enseñanza,  que hizo, con el cariño que proyecta a sus alumnos, que muchos de nosotros comenzáramos a soñar y desde entonces nunca nos dejáramos vencer. Por todo ello, ¡Gracias Elena!. Tu llama nos encendió ilusión.

Más tarde, vendría Estela Pavón que, con su energía de siempre, nos transmitía el interés por hacer las cosas bien, como por ejemplo ha hecho este año con su entusiasmo en el Ciudadano R.

Clara Gómez, modelo de sencillez y comprensión ante la vida, nos dio un gran ejemplo.


Y este último año, descubrimos a Mariví, atenta a cada uno de nosotros y que nos ha demostrado que quiere de verdad a sus alumnos a la hora de compartir una clase, una tutoría,.. Y es que eso,  ¡se nota!

Por ello, ¡chavales de primero!, os la recomiendo como tutora. 

No nos podemos olvidar de todo el equipo de limpieza, que bien ha destacado este año por ese limpiador “olor limón”.

Antonio, José, las administrativas de Secretaría, que apenas vemos pero que nos conocen a todos por nuestros nombres y apellidos.

Por supuesto, nuestro reconocimiento también a Juan y María José, que aportándonos su cariño y simpatía también nos han visto crecer, y ¡Cómo no! No nos podemos olvidar de los clásicos por excelencia, “los manolos”.

En suma, muchas buena personas, un gran colectivo, que con su paciencia y prestancia no se han limitado tan solo a trasmitirnos lo estrictamente académico sino que nos han infundido valores muy apreciados para nuestra existencia; a descubrir y a apreciar muchos aspectos de nuestras vidas. Por todo ello  ¡Gracias, muchas gracias!


Y claro está, que nuestros caminos no se habrían encontrado sin el esfuerzo que muchos padres, nuestros padres, nuestras familias realizaron para que pudiéramos estudiar aquí. ¡Gracias! A todas nuestras familias, a nuestros padres, por compartir los buenos momentos y los malos que os hayamos podido dar…


Por dejar vuestros trabajos o quehaceres para venir aquí, a una simple tutoría, a una obra de teatro...  por estar hoy aquí… En definitiva, por preocuparos de nosotros. ¡Gracias! Gracias, por comprender quienes somos, por darnos todos, por confiar y creer en nosotros, pero sobre todo por apoyarnos. ¡Gracias!.


En estos años ya nos empezábamos a distanciar porque teníamos que ir decidiendo y dando los primeros pasos para ir definiendo aquello que más tarde querríamos estudiar. Con ello, se empezaron a romper esas barreras que separaban las distintas clases: A, B, C, y D, para conseguir la gran clase, la clase única, a la que se unieron nuestros nuevos compañeros en Bachillerato y que con ellos sinceramente hemos conseguido hacer una gran piña en los últimos años.

Y es que ahora compañeros, amigos… me toca deciros a todos vosotros ¡Gracias!

Cómo os habréis dado cuenta en este repaso académico… íbamos pasando de pabellón en pabellón, de clase en clase, de lugar en lugar de recreo,.. A lo largo de este tiempo, empezamos a convivir y a confiar en nosotros. Y es que todo es cuestión de tiempo, de convivencia. Nos fuimos conociendo mejor, surgirían más amistades e incluso algunas más especiales que otras… 


Recordaremos siempre aquellas excursiones a la casa de Archidona. Nuestro viaje en primaria a Nagüelles donde tan bien lo pasamos. Excursiones a “Isla Mágica”, y cómo no,  a Aguapark o al Parque de las Ciencias de Granada...
 
Muchos pudimos estar en Almería, por aquellas cuevas, disfrutando. También es cierto, que las ilusiones por Almagro ahí quedaron. Pero, siempre, siempre, recordaremos con cariño aquellos días pasados en Roma, la ciudad por excelencia que tanto nos ha marcado. Pero no una ciudad cualquiera, sino la de nuestro viaje de estudios. Porque acaso… ¿quién no recuerda ese momento Bob Esponja, liderado por Juan Sánchez y Pablo, en la puerta del Coliseo? ¿aquellas idas y venidas nocturnas de una habitación a otra? ¿o aquellas llamadas telefónicas que hasta los de recepción tuvieron que cortarnos la línea...? Gracias a todos los profesores que nos acompañaron, por soportarnos y hacerlo posible, y esperamos que se mantenga esto en el tiempo, porque es un gran experiencia.


Bachillerato, aunque dos años duros y confusos, por esa importante toma de decisiones, (carreras, ¿qué hago?¿a dónde me voy a estudiar?) con vosotros al lado, debo admitir que todo esto ha sido mucho más llevadero y se ha pasado bien rápido.


Hoy dejaremos de ser alumnos para pasar a ser antiguos alumnos y me han dicho que toca despedirnos. El tiempo que vivimos ya ha pasado y con él nuestras vivencias. Nuestros caminos hoy se empiezan a separar, y no nos volveremos a encontrar.  Algunos dicen que es ley de vida, que nuestro momento aquí ha pasado. Que estos Olivos solo nos cobijaron durante unos años…

Es así, esto es lo que dicen pero ahora os diré lo que pienso:

Verdad es, que estos Olivos nos han protegido y preparado durante años para lanzarnos y ponernos en órbita en el Mundo en que vivimos.

Verdad es que aquella selva, o nuestra piscina de arena pasaron a la historia, pero ya les adelanto que fueron estos lugares los que a más de uno les motivó para decidirse por su carrera futura y determinó su vocación.

Verdad es que aquellas risas que mantuvimos, no solamente en preescolar sino durante todo el tiempo pasado, aquí se quedan, pero siempre nos las recordaremos.

Verdad es que los caminos se separarán, pero de igual forma, este mundo es un pañuelo y se juntarán de nuevo.

Verdad es que echaré de menos esos intercambios, en los que todos, durante 5 minutos muy bien aprovechados, íbamos comentando la jugada del día…

Pero… no estoy de acuerdo, no es verdad que todo se acabe aquí. Tampoco que estos Olivos nos olvidarán, ni nosotros a ellos, porque compañeros… ¿qué queréis que os diga? Pero ¡Sí! ¡Esto acaba de comenzar! ¡Ahora  sí!

Hoy es nuestro día. 27 de Mayo de 2011. Día que simboliza la clausura de la primera parte de nuestro camino por estas tierras, pero también, el inicio de la segunda. Día que hay que disfrutar, de vosotros, de nosotros. Y es que hoy empieza todo. 

Somos personas formadas en un colegio cristiano, donde todos hemos tenido y tenemos cabida, sin importar nuestras creencias, y eso es algo que hay que agradecer a la Comunidad de Padres Agustinos. Aquí hemos conocido unos valores, de vital importancia, que nos servirán y mucho en nuestras vidas.

Es nuestro momento. Somos una promoción única, llena de proyecto de escritores, abogados, ingenieros, médicos, artistas (como en estos dos años lo han demostrado en nuestra obra de teatro, todos aquellos participantes en la velada), traductores, enfermeros, o imitadores de Pablo Alborán, (¿verdad Elenita?).

Disfrutad del camino que escojáis desde la sencillez, la humildad y con esfuerzo, para así, poder conseguir nuestro destino: el de alcanzar nuestros sueños.

El tiempo transcurrido en “Los Olivos” nos hizo madurar y conocer el mundo en que vivimos. Hoy ya estamos preparados para salir ahí fuera, a ese mundo real, mundo necesitado de cambios, grandes cambios… los cuales nosotros podremos realizar.

Compañeros, nunca me olvidaré de este colegio, sencillamente porque al nombrarlo, será como nombraros a todos vosotros, por eso siempre que me acuerde de Los Olivos, de vosotros, lo haré con entusiasmo, alegría, felicidad y honor.

Sois parte de mi vida, con vosotros he vivido muy buenos momentos, y por ello no quiero olvidaros.         ------------------------------------- --- --- -- -- - -- - - - - - - -  (AVIÓN!)

Antiguamente, el mayor sueño del hombre era volar. Aquello que se  creía imposible.
 Como ya sabemos,(AVIÓN!) lo consiguió. Por ello, compañeros, soñad lo imposible para que así en vuestras vidas se haga realidad.


Os quiero, amigos.

Buenas tardes.


JM Ortega Hernández

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